El objetivo será la prevención de las alteraciones patológicas, mejora de las alineaciones mecánicas, higiene postural y de movimiento en la vida diaria, no sólo en la clase.
Básicamente, cuando realizamos una flexión de la columna (llevar la espalda hacia adelante, hacia el suelo) se incrementa la presión de los discos intervertebrales. En una extensión de columna (llevar la espalda hacia atrás) disminuye la presión de los discos intervertebrales.
Los músculos al igual que la fascia que tapiza la columna se adaptan a una postura determinada y repetitiva.
Los discos no están inervados, por tanto no nos avisan cuando se produce una degeneración de los mismos, tampoco se nutren directamente del flujo sanguíneo. El disco intervertebral se nutre e hidrata con el movimiento de la columna en extensión y flexión, pasando el líquido del disco al cuerpo vertebral donde se nutre y vuelve al disco lleno de nutrientes.
En la vida diaria predominan las flexiones sobre las extensiones, esto unido al sedentarismo y las malas posiciones que adoptamos, provoca que los discos se deshidraten, pierdan flexibilidad y tamaño, haciéndose propensos a la degeneración y con sobreesfuerzos a las protrusiones y hernias discales. Las flexiones de repetición y/o con carga de peso pueden ser causa de degeneración discal. La degeneración del disco no avisa ya que no provoca dolor en sí misma.
Así mismo, hay otros factores que incrementan también la presión sobre los discos intervertebrales relacionados con el sedentarismo como el acortamiento del músculo Psoas – ilíaco que flexiona la pelvis acercando las piernas al tronco, el acortamiento de los isquiotibiales (músculos de detrás del muslo) y el debilitamiento de los músculos abdominales.
La actividad física correcta mantiene los discos hidratados y en buen estado manteniendo su salud y evitando la degeneración. Las clases de Pilates y Yoga, trabajando el cuerpo a través de movimientos controlados de flexión y extensión de columna ayudan a hidratar y nutrir los discos, con los ejercicios de respiración y el trabajo de los abdominales ayudan a disminuir la presión sobre los discos intervertebrales, y ayudan con los diferentes ejercicios, igualmente, al incremento de la flexibilidad del músculo psoas –ilíaco, de los músculos isquiotibiales, de los ligamentos y de la fascia de la columna. Por tanto, ayudando a sacar presión y mantener la salud de la columna y corrigiendo malas alineaciones posturales y alteraciones producidas en la vida diaria.